Capíyulo 34 - CONOCIENDONOS MEJOR (PARTE 1)-

*NARRA HARRY*

Después de que nos presentasen a Daniela decidimos que no íbamos a salir porque ella estaba cansada por el viaje. Volveríamos a donde el acantilado y jugaríamos allí un rato. Patri y Niall se iban a llevar las guitarras para cantar y luego supongo que buscaría alguna escusa para irme con Mery por ahí.

No me podía creer lo que me había hecho esa chica con mi vida. Hacía aproximadamente una semana desde que la salvase de una caída segura en las calles de Londres y ya había dado una vuelta de 180 grados a mi mundo.

Con ella me sentía diferente, solo quería acariciarla y besarla, decirle lo mucho que la quería y prometerle la luna.

Si eso era estar enamorado de verdad supongo que no estaba tan mal ahora que sabía que ella sentía lo mismo. Solo tenía ganas de verla para estar con ella por eso tenía tantas ganas de que llegasen la hora en la que volviésemos a verlas.

Me metí el primero en la ducha por que normalmente no tardo mucho en ducharme. Cogí la ropa y la metí en el baño antes meterme a ducharme. El agua estaba caliente y relajó todos y cada uno de mis músculos. No tarde más de 10 minutos bajo el agua. Salí de la ducha y me empecé a vestir.

Había cogido algo simple, una camiseta blanca y unos pantalones negros. Simple but efectiffe.

Había intentado peinar mis rizos, como siempre sin ningún éxito y había salido del baño listo. Todo esto me había dado tiempo a hacerlo en 15 minutos y aun así cuando llegue al salón todo estaba como lo había dejado.

Niall estaba comiendo, Zayn durmiendo, Louis haciendo el payaso y Liam poniendo orden. Louis le acababa de quitar a Niall el paquete de oreos que se estaba comiendo y había empezado a correr, Niall había empezado a gritar y a perseguir a Louis. Se resbaló cerca del sillón y se agarró a Zayn, tirándolo del sofá y despertándolo y Liam estaba intentando poner algo de paz.

Visto desde fuera era una estampa para reírse por que eran como los niños pequeños pero al fin y al cabo todos éramos como hermanos.

Conseguí meterles un poco de prisa diciéndoles que al final iban a acabar antes las chicas. En ese momento todos se pusieron en movimiento. No sabía que les pasaba pero había sido nombrárselas y empezar a moverse. Eso había que hablarlo.

Una hora y media más tarde ya estábamos. Zayn tardaba demasiado en vestirse y Louis no era capaz de elegir camiseta. Al final cogió, como siempre una de rayas horizontales.

Habíamos quedado con las chicas en media hora así que salí a dar una vuelta.

Cuando salí ya se había hecho de noche pero pude distinguir su silueta perfectamente. Estaba de espaladas a mi así que me acerque sigiloso y la tapé los ojos.

-       Buenas noche preciosa – dije seductoramente en su oído.

-       Hola Styles – dijo quitándome las manos y depositando un suave beso sobre mis labios.

-       Estás muy guapa. – dije mirándola de arriba a abajo.

Iba como yo, simple pero perfecta. Iba así:

No pude evitar acordarme de Louis y de la crisis nerviosa que le iba a dar cuando viese que llevaba una camiseta parecida a la de Mery.

-       Bueno y… ¿que hace una chica como tú en un sitio como este? – dije haciéndome el galán.

-       Esperar a un tonto con el pelo rizado ¿le has visto? – dijo siguiéndome el juego.

-       No lo siento, no me suena pero no puedo permitir que una chica desprotegida ande tan sola por la calle encima siendo de noche. No sabes lo que puedes encontrarte en cada esquina. – dije rodeándola con mis brazos.

-       Menos mal que estas tu aquí, no sé que hubiese hecho aquí sola. Eres mi héroe. –dijo poniendo sus manos alrededor de mi cuello.

-       Un placer señorita. – dije juntándome a ella.

Me miró a los ojos y sonrió. Juntó lentamente nuestros labios hasta que nos fundimos en un beso lento. Sonrió  y nos separamos. Me encantaban esos besos que se rompían con una sonrisa.

-       Vamos a dar una vuelta. – dijo tirando de mi mano y echando a correr.

Me llevó a unas rocas y me soltó la mano.

-       Mery baja de ahí que te vas a caer. – dije mientras subía a una de las rocas.

-       Ven a buscarme – dijo dándose la vuelta y guiñándome un ojo.

No me lo pensé dos veces. La seguí entre las rocas hasta que llegamos a una muy alta. Conseguí alcanzarla y la agarre de la cintura haciéndola girar para que me mirase. Desde allí había unas vistas preciosas, se veía toda la playa iluminada por la luna.

Se giró y me miró a los ojos. Note como le brillaban por el reflejo de la luna y como un segundo después alcancé a ver una lagrima que rodaba desde sus preciosos ojos marrones recorriendo toda su mejilla.

-       ¿Qué te pasa princesa? ¿Por qué lloras? – le dije recogiendo las lágrimas que lentamente iban cayendo.

-       No lo sé Harry, no lo sé – era la primera vez en mucho tiempo que me llamaba por mi nombre y no podía negar que me gustaba. – todo esto es nuevo para mí. Esto es demasiado perfecto, parece un sueño y me da miedo despertarme y que desaparezcas.

-       María, te juro que no voy a desaparecer y si te despiertas acuérdate de que estoy en la cabaña de enfrente. – dije sonriendo.

-       Prométeme que no te vas a marchar de repente. – dijo mirándome otra vez a los ojos – prométemelo.

-       Te lo prometo – le susurré al oído. – eso sí, tu también tienes que prometerme algo.

-       Lo que quieras.

-       Prométeme que todos los días cuando me despierte lo primero que voy a pensar es que tengo una chica maravillosa que se que me quiere y que está deseando verme y que es solo mía. – dije retirándole un mechón de pelo de la cara.

-       Te lo prometo.

-       Entonces…

-       Entonces la gente puede empezar a llamarme la chica del ricitos. – dijo riendo.

-       Mi chica – susurré.

-       Tu chica – susurró. Me besó lentamente como si no hubiese otro día pero los iba a haber. Y no solo uno, muchísimos más.

Ahora era mía y no quería perderla por nada del mundo porque era lo que llevaba buscando toda mi vida. La chica con la que quería estar. Mi chica.

*NARRA NIALL *

Harry salió por la puerta, dijo que iba a dar una vuelta y así hacía tiempo mientras se arreglaban las chicas. Nosotros ya estábamos arreglados y nos aburríamos por qué no sabíamos que hacer.

Intentábamos disimularlo pero se nos notaba mucho que teníamos muchas ganas de volver a ver la las chicas.

Yo no podía dejar de pensar en Irene y en el beso. No sabía que podía haber sido para ella y a lo mejor me había precipitado diciéndola que era lo que llevaba buscando toda mi vida pero es que era verdad.

Si te parabas a pensarlo todo era muy raro, realmente no la conocía. La había visto por Nando´s un par de veces y me había llamado la atención por que era una chica guapísima pero nunca habíamos cruzado ninguna palabra.

No entendía como me podía sentir así con alguien al que realmente conocía de un día y medio pero me hacía sentir especial.

Quería conocerla y que me conociese y no pensaba perder ni un segundo.

Zayn y yo decidimos ir a comprar unas hamburguesas para cenar pero teníamos que preguntarles a las chicas.

Salimos de la cabaña y llegamos a la puerta de la de las chicas. Se oían gritos y risas y nos hizo reírnos a nosotros. Zayn llamo a la puerta y todas se callaron de repente.

-       ¿Quién es? – escuche que decía Patri desde dentro.

-       Somos la policía señoritas, están armando demasiado ruido – dije yo.

Reconocieron nuestra voz y decidieron seguirnos el juego.

-       Bueno chicas ¿les dejamos pasar? – dijo Nicki desde dentro.

-       Que pasen, que pasen. Con lo que me ponen a mí los tíos de uniforme – dijo Daniela riendo.

Zayn y yo nos miramos ante el comentario y nos reímos. Oímos unos pasos acercándose hacía a la puerta y alguien que la abría. Vimos asomar unos preciosos ojos marrones que reconocí al instante. Era Irene e iba guapísima.

Iba llena de colorines por todos lados y esos pantalones cortos realzaban sus bonitas y bronceadas piernas.

-       ¿Sois vosotros? – dijo ella aun siguiendo el juego.

-       Claro – dijo Zayn.

-       Pues vaya desilusión, nosotras que creíamos que eran dos policías guapos y musculosos y nos encontramos con esto. – dijo riendo.

-       Nosotros somos mucho mejores que dos policías. – dije yo.

-       ¿Y las demás? – preguntó Zayn.

-       Mery ha salido fuera a dar una vuelta y las otras están terminando de cambiarse y se han metido en la habitación. – dijo Irene abriendo mas la puerta para dejarnos pasar.

-       Nosotros vamos a ir a por unas hamburguesas para cenar. Veníamos a preguntaros que queríais. – dije yo aun desde el umbral de la puerta.

Nos dijeron lo que querían y nos disponíamos a irnos cuando alguien me agarró del brazo. Era Irene.

-       Esperad que me voy con vosotros que aquí me aburro. A estas todavía las queda un rato.

-       Vale no te preocupes. – dije yo.

-       Bueno Niall pues si te acompaña Irene yo me voy con estos para adentro a ver si necesitan algo. – dijo Zayn como escusa para dejarnos solos.

-       Vale no te preocupes Zayn, yo le ayudo. – dijo Irene lanzándome una preciosa sonrisa.

-       Buenos pues vámonos. – dije yo. Ella me siguió hasta el coche.

Nos íbamos a quedar solos a sí que supongo que aprovecharía para decirla que quería conocerla. Nos subimos al coche y ella se sentó en el asiento del copiloto.

No hizo falta decirla nada. Ella lo dijo todo.

-       Niall a lo mejor lo de antes de la playa ha sido un poco precipitado pero la verdad es que me gustas. – dijo mirando al suelo.

-       Pienso exactamente lo mismo. – dije apartando un segundo la vista de la carretera para mirarla.

-       Es que no quiero que pienses que soy una guarra ni nada de eso porque sé que solo te conozco de un día y medio pero, no sé que me ha pasado. Desde el beso de la otra noche jugando no he podido sacarte de mi cabeza. Me siento especial cuando estoy contigo, me haces sentir diferente. Y no quiero que pienses que soy una fresca que se va con el primero que pasa porque no soy así.

No la interrumpí. La deje decir todo lo que tenía que decirme y una vez que terminó la dije:

-       No pienso que seas una fresca ni mucho menos porque yo tampoco he podido sacarte de mi cabeza desde la primera vez que te vi en Nando´s. Me encanta tu sonrisa y las pequitas que tienes sobre la nariz. Tienes pinta de ser una niña muy dulce y muy inocente pero luego eres completamente diferente. Tienes arrestos y genio pero nunca te falta una sonrisa. Oficialmente te conozco desde hace un día y medio pero ¿tú crees en los flechazos? Hasta ahora no creía en ellos pero ahora me he dado cuenta de que pueden existir. Quiero conocerte e verdad. Saber algo más que tu música favorita o que te encantan las lenguas multicolores de pica pica, con las que por cierto pones unas caras graciosísimas. Quiero saber si tienes hermanos y conocerte bien. Solo si tu quieres claro, porque si no me borro del mapa y no vuelves a saber nada de mí nunca.

-       No quiero que desaparezcas, yo también quiero conocerte y eso solo puedo hacerlo si no desapareces – dijo riendo.

-       Bueno pues vamos a empezar por el principio. Hola me llamo Niall Horan pero puedes llamarme Nialler. – dije soltando una de las manos del volante para estrechársela.

-       Prefiero llamarte irlandesito y no sueltes las manos del volante. Encantada señorito Horan yo me llamo Irene García. – dijo sonriendo.

-       Prefiero llamarte españolita. – dije siguiéndola el juego.

Seguimos hablando y me contó muchas cosas de ella y yo le conté muchas cosas sobre mí.

Me contó que tenía un hermano, que se llamaba Adrián como el hermano de Mery y que vivía con sus padres en España.

Me contó muchas cosas de su vida allí y su vida ahora en Londres. Se nos pasó el viaje volando y cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos de vuelta en el pequeño campamento que teníamos montado pero no me preocupaba porque presentí que iba a haber muchos más momentos para estar juntos y contárnoslo todo.

*NARRA LOUIS*

Niall se había marchado hacía ya un rato a por las hamburguesas con Irene y Harry había desaparecido, misteriosamente igual que Mery.

Oímos la puerta de la cabaña de las chicas abrirse y me asomé a la venta a ver quién era. No se la distinguía muy bien en la oscuridad pero ese culo era inconfundible. Salí de la cabaña intentando hacer el menor ruido posible para que no se diese cuenta.

Caminé hacía ella y la abracé por detrás dándola suaves besos por el cuello.

-       Hola amor – dijo aun sin mirarme.

-       ¿Cómo sabías que era yo? – dije apoyando mi barbilla sobre su hombro.

-       Por dos razones. La primera porque solo tú me besas así y la segunda porque he reconocido tu olor. – dijo girándose para mirarme a los ojos.

-       Y según tú ¿cómo huelo? – dije poniendo sus manos en sus caderas y juntándola a mí. Ella pasó sus brazos al rededor de mi cintura de manera que quedamos con los brazos medio abrazados.

-       Hueles a hombre, y eso me gusta. – dijo besándome.

-       Estas guapísima. – dije mirándola de arriba a abajo y haciéndola sonrojar.

Era verdad. Esos pantalones rojos la quedaban muy bien. Iba así vestida:

-       Eso me lo dices porque eres mi novio y no tienes más remedio. – dijo riendo.

-       Qué bien suena.

-       ¿El qué? – dijo extrañada.

-       Mi novio, suena bien dicho por ti y muchísimo más sabiendo que te refieres a mí. – dije dándome aires.

-       Que tonto eres Louis.

-       Si pero soy tu tonto favorito. – dije acercándome para besarla.

-       No, ahora no quiero tus besos. – dijo dándose la vuelta. – me he enfadado.

-       No puedes sobrevivir mucho sin besarme.

-       No eres tan imprescindible en mi vida – dijo sacándome la lengua. – he sobrevivido 16 años sin tus besos puedo sobrevivir unos minutos más.

-       ¿Minutos? Que poco.

-       Lo digo por ti, eres tu el que no vive sin mis besos. – dijo poniéndome morritos.

-       Tus besos son pésimos, no sabes besar – dije para picarla.

-       Zayn no dice lo mismo. – dijo devolviéndomela.

-       Eso es un golpe bajo y lo sabes.

-       En la guerra y en el amor todo vale. – dijo mirándome fijamente a los ojos.

-       ¿Y esto que lo consideras, guerra o amor? – pregunté curioso.

-       Un poquito de cada. – dijo acercándose.

-       Además se que no os besasteis tramposa, me lo dijo Zayn, porque eres una cobarde. – dije volviendo a la posición inicial.

-       ¿Me estás llamando cobarde? – dijo haciéndose la indignada.

-       Si, no fuiste capaz de besarle, cobarde. – dije picándola más.

-       ¿Quieres que te demuestre que no soy una cobarde? – dijo mirándome a los ojos.

-       ¿Besando a Zayn? – asintió – mejor no que con lo loca que estás eres capaz de hacerlo.

-       No me pruebes. – dijo desafiándome.

-       Aun así sigues besando fatal – dije intentando volver a besarla.

-       Si beso tan mal ¿por qué vuelves a intentarlo? – pregunto poniendo un beso en mis labios y sonriendo.

-       Seré masoquista – dije sonriéndole.

-       Y yo idiota por salir contigo.

-       Me gusta la idiota. – dije riendo.

-       Y a mí el masoquista – dijo juntando nuestros labios por fin.

-       Lo siento preciosa pero me tengo que ir.

-       ¿Por?

-       Por ahí viene Harry de la mano de Mery y tengo que hacerle un interrogatorio intensivo después de darle un par de besos bien dados. El si sabe besar no como otras. – dije volviendo al juego de antes.

-       Te quejarás tú de mis besos.

-       La verdad es que no pero el besa mejor. – dije.

Salí corriendo hacía Harry mientras escuchaba como Patri se moría de la risa. Me gustaba hacerla reír porque tenía una risa contagiosa que te alegraba el día. Se podría decir que era una de las muchas cosas que ella tenía que me alegraban el día.

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ola chicas ¿os gusta el capi? no os podeís quejar de que sea corto ¿eh?

a cambio de subir un capitulo tan largo quiero pediros un favor, recomendadme a vuestras amigas y eso por que así me ayudais a cumplir un sueño, mi sueño.

tambien quería deciros que no voy a subir capítulo hasta que no vea por lo menos un comentario, avisadas quedaís ;P 

comentad y votad es la encuesta

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