*NARRA PATRI*
Volvía casa cuando empezó a sonar mi móvil
*CONVERSACION TELEFONICA*
- ¿Si?
- ¿Patri? Mira es que he leído el anuncio del alquiler de
habitaciones y me interesa, ¿te importa que pase a echarle un vistazo al piso?
- No pásate cuando quieras voy a estar allí todo el día.
- vale pues me paso mañana a eso de las 6 de la tarde ¿vale?
- vale, adiós hasta mañana
* FIN DE LA COMBERSACIÓN TELEFÓNICA*
La verdad es que entre el rato que había pasado con Louis y
el paseo se me había hecho de noche cerrada por que cuando habíamos llegado a
Londres estaba empezando a anochecer y entre la visita a Louis y la caminata
hasta casa se me habían hecho las 12 de la noche.
Llegue a casa y me
puse mi pijama de hello kitty se que puede parecer infantil pero era con
el que mejor dormía porque era fresquito y para el verano estaba muy bien.
Me puse el pijama y baje a la cocina a por un vaso de leche
pero caí en la cuenta de que tenía que ir a comprar asi que me subí a mi
habitación, me metí en la cama y me dormí.
Como ya era costumbre en mi me desperté a mitad de la noche
llorando pues había vuelto a tener la misma pesadilla que se repetía una y otra
vez en mi cabeza. Prefería olvidarlo cuanto antes así que intente recuperar el
sueño cuanto antes y esta vez el sueño fue diferente.
Todo estaba oscuro y empezaba a correr por un pasillo sin
final.
Volví a despertar pero ya era por la mañana, la luz entraba
por la ventana de mi habitación. Me senté en la cama y la misma sensación que
ya había tenido anteriormente me abordó de nuevo. Me sentía sola. Para no
quedarme mucho tiempo dándole a la cabeza me metí en la ducha y me vestí con la
misma ropa con la que había ido el día anterior a casa de Louis.
Cuando pase la camiseta por encima de mi cabeza mi di cuenta
de que aún conservaba su olor y eso me hizo sonreír.
Cogí las llaves el móvil y algo de dinero y baje a comprar
al supermercado que tenía cerca de casa. Compre todo lo que necesitaba y
algunas chuches y me subí a casa.
Con la tontería de comprar todo lo que necesitaba se me fue
el santo al cielo y se me hizo la hora de comer así que me hice unos macarrones
con tomate y después de recoger y fregar me puse a ver una película que echaban
por la tele pero no la terminé de ver porque me que dormida.
Me desperté con el estridente sonido del timbre a sí que
supuse que sería la chica de ayer para ver el piso abrí la puerta pero no me
encontré solo con una chica.
-
Hola, ¿eres Patri? – me pregunto una chica
morena con el pelo recogido en una coleta. Era alta y muy guapa y la verdad es
que se la veía simpática.
-
Si soy yo venís por lo del piso ¿no?
-
Si yo me llamo María y el es Adrián, mi hermano
– dijo señalando al chico que la acompañaba. El era más bajito que ella y tenía
el pelo más oscuro, sus ojos eran de un verde azulado muy bonito, me llamaron
la atención.
-
Pasad pasad – les indiqué – ¿queréis ver el piso
primero o os puedo hacer algunas preguntas?
-
Si no te parece mal primero vemos el piso y
luego ya hablamos – dijo ella, parecía muy madura y muy segura de sí misma aun
que se notaba que no era más mayor que yo.
Les enseñé el piso y parece que
les gusto por lo menos a María ya que Adrián no había abierto la boca. Terminé
de enseñarles la casa y nos sentamos en el sofá a hablar.
-
En principio sería para venirme yo a vivir, el
solo está aquí para no quedare solo aun que se que lo habría preferido, la
verdad es que el piso me ha encantado y me quiero quedar. ¿Cuándo podría
trasladarme?
-
¿te parece bien esta tarde?
-
Por mi encantada, esta tarde traigo todas mis
cosas, me instalo y te pago el primer mes ¿vale?
-
Por mi estupendo. Hasta dentro de un ratito
cuando por fin pueda llamarte compañera de piso – dije tendiéndola la mano.
-
Hasta esta tarde –dijo acercando su mano a la
mía pero en vez d estrechármela tiró de ella y me abrazó- pero en vez de
compañeras de piso mejor amigas.
-
Vale – dije con una gran sonrisa. Me despedí de
ellos y le preparé la habitación rosa.
A la hora o asi volvió a sonar el
timbre y apareció María con su preciosa sonrisa y 3 maletas en la que parecía
que llevaba una casa entera. La ayudé a descargar la maletas nos pusimos el
pijama y pedimos unas pizzas por qué no nos apetecía cocinar. Estuvimos
hablando y descubrí que María también era madrileña pero tenía una casa en Londres
por lo que conocía a mucha gente aquí y
decidió venirse a vivir. Su hermano se había quedado con la casa y ella
prefería alquilar una habitación que aguantarle.
Era súper simpática y me cayó muy
bien. Tenía manías como yo, una de ellas era parecida a una mía no soportaba
que la llamasen María por que la hacía sentir mayor a sí que la llamaban Mery.
Estuvimos mucho rato hablando y después nos fuimos a dormir.
Había sido un día redondo hasta
que llego la noche y volvieron las pesadillas.